Lo podemos definir como un estilo que centra su belleza en lo humilde.

Pieles y tejidos nobles, maderas en estado puro, en definitiva un retorno a lo sencillo e imperfecto, objetos decorativos que irradian un aire antiguo y natural que recuerdan al minimalismo oriental pero con miras a la naturaleza.

Piezas especiales, como la clásica butaca Butterfly, obras de arte y vasijas de barro cobran importancia en esta tendencia. Materiales nobles como lanas, linos y maderas naturales con sus nudos, vetas e imperfecciones son claves para lograr un ambiente acogedor.

Mas info en AD mayo 2016

Amaya de Toledo y fotos de Manolo Yllera.